La profecía es un don espiritual que Dios otorga a algunos de Sus hijos. Este don permite a la persona tener una revelación del futuro. Dios puede usar la profecía para advertir a Su pueblo de peligros que están por venir, o para darles instrucciones sobre cómo deben vivir. A veces, la profecía se usa para confirmar la Palabra de Dios. Otras veces, se usa para revelar algo nuevo que Dios está haciendo.
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La profecía es un don espiritual que Dios otorga a algunos de Sus hijos. Este don permite a la persona tener una revelación del futuro. Dios puede usar la profecía para advertir a Su pueblo de peligros que están por venir, o para darles instrucciones sobre cómo deben vivir. A veces, la profecía se usa para confirmar la Palabra de Dios. Otras veces, se usa para revelar algo nuevo que Dios está haciendo.
Se puede manifestar de diversas maneras. Algunas personas pueden tener visiones, mientras que otras pueden tener sueños. También pueden recibir mensajes de otros profetas o de ancianos de la iglesia. A veces, la profecía se recibe como una palabra hablada, o como una revelación escrita.
La profecía no es algo que se pueda controlar. No es algo que la persona pueda decidir cuándo o cómo va a manifestarse. La profecía es un don que viene de Dios, y solo Él decide cuándo y cómo va a usarlo.
No siempre es fácil de entender. A veces, las personas tienen que orar y buscar la sabiduría de Dios para interpretar lo que se les ha revelado. Otras veces, la profecía se puede entender de inmediato.
La profecía no siempre es agradable. Tienden a anunciar mensajes de juicio y castigo. Estos mensajes no siempre son populares, pero es importante recordar que la profecía no es una opinión personal. Es un mensaje de Dios, y debemos estar dispuestos a obedecerlo, aunque no nos guste.
¿Cómo funciona la profecía? // 5 Minutos con JG
¿Por qué algunas profecías no se cumplen?
Aunque las profecías son una parte importante de muchas religiones y culturas, también es cierto que algunas profecías no se cumplen. Esto se debe a varias razones.
- En primer lugar, es posible que la profecía original no sea clara o no sea lo suficientemente específica.
- En segundo lugar, puede que la profecía se interpretó incorrectamente.
- Y, en tercer lugar, es posible que las circunstancias hayan cambiado entre el momento en que se hizo la profecía y el momento en que debería haberse cumplido, lo que hace que la profecía ya no se aplique.