Un profeta es alguien que sostiene haber tenido una experiencia personal de Dios recibiendo de él la misión de comunicar sus revelaciones y, como consecuencia de ello, habla en su nombre a los seres humanos.
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Un profeta es alguien que sostiene haber tenido una experiencia personal de Dios recibiendo de él la misión de comunicar sus revelaciones y, como consecuencia de ello, habla en su nombre a los seres humanos.
Ello son llamados por Dios para testificar de él ante los hombres; su misión es recordarle al pueblo su alianza y llamarlo a la conversión. A través de sus palabras y de sus obras, los profetas anuncian el Reino de Dios y su justicia; son hombres de fe que viven en comunión con Dios y son enviados por él para ser testigos de su amor.
¿Por qué los profetas son importantes para la religión?
Los profetas son importantes para la religión porque representan un puente entre Dios y el pueblo, reciben mensajes de Dios y luego los transmiten al pueblo, ayudan a la gente a comprender los planes de él y a seguir sus instrucciones.
También poseen cualidades de intercesor por el pueblo ante Dios y a su vez son mensajeros de su palabra. Su carisma de interpretar la historia desde la perspectiva de Dios recibe el nombre de don de profecía.
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¿Cuáles son los requisitos para ser un profeta?
Para ser un profeta se necesita tener la capacidad de recibir y transmitir mensajes divinos, también se requiere un cierto nivel de santidad y pureza, ya que los profetas son intermediarios entre Dios y los mortales.
Otros requisitos pueden incluir tener una llamada especial o ser escogido por Dios para este papel, así como poseer fortaleza, sabiduría y riqueza. La fortaleza se refiere al dominio de los impulsos físicos, emocionales y mentales; la sabiduría se refiere al conocimiento de la Torá y de la voluntad de Dios; y la riqueza se refiere a la independencia material y a la generosidad con los necesitados.
¿Cómo se convierte una persona en profeta?
Una persona puede convertirse en profeta mediante el estudio de las Escrituras y la oración, también pueden surgir profetas naturalmente, sin necesidad de estudio formal. Los profetas son personas que tienen una sensibilidad especial a la voluntad de Dios y pueden comunicar su mensaje a los demás.
Sin embargo, no basta con tener las cualidades necesarias para ser profeta, sino que se requiere también la iniciativa divina. Dios elige a quien quiere para ser su portavoz y le otorga el don de la profecía.
¿Cómo Dios les habla a los profetas?
Dios le habla a los profetas de diferentes maneras, según su voluntad y el propósito de su mensaje. A veces les habla directamente, como le habló a Moisés desde la zarza ardiente (Éxodo 3:4).
Otras veces, les habla indirectamente a través de sueños y visiones, como le habló a Abraham (Génesis 15:1) y a José (Génesis 37:5-9). A veces, usa a otros seres celestiales para que le hablen a un profeta, como cuando el arcángel Gabriel se le apareció a Daniel (Daniel 8:16) o cuando un ángel le habló a Zacarías (Lucas 1:11-20).
Y, en ocasiones, Dios le habla a un profeta a través de su Palabra escrita, como cuando le habló a Jeremías (Jeremías 1:9-10). También puede usar símbolos o señales para comunicarse con un profeta, como cuando le mostró a Ezequiel un valle lleno de huesos secos (Ezequiel 37:1-14) o cuando le ordenó a Oseas que se casara con una prostituta (Oseas 1:2-3).